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Basílica de Santa Sofía

La Basílica de Santa Sofía o Ayasofía como la llaman los turcos, obra maestra del arte bizantino, fue Iglesia del Papa y Mezquita del Imperio Otomano, hoy con sus cuatro minaretes y la enorme cúpula dominando la ciudad, es el símbolo de Estambul.

Un poco de historia

Su nombre significa Santa Sabiduría, y fue construida entre el siglo VI bajo el gobierno de Justiniano, fue catedral católica bizantina de rito oriental, aunque en el período entre 1204 y 1261 fue convertida en catedral católica de rito latino; hasta que en el 1453 fue transformada en mezquita bajo el poder otomano.

Durante la época bizantina fue testigo de las ceremonias imperiales de coronación, luego fue saqueada durante la toma de Constantinopla durante la Cuarta Cruzada, en la que muchas reliquias como la mortaja de Jesús, huesos de varios santos o la leche de la Virgen María, fueron enviadas a iglesias de occidente.

Durante el cerco a Constantinopla en 1453 por el sultán Mehmed la Iglesia se convirtió en refugio de feligreses, los sacerdotes continuaron oficiando los ritos cristianos pero finalmente fue saqueada de nuevo y sus ocupantes asesinados o encadenados.

En 1935 Atatürk la cerró al público y la convirtió en museo.

La arquitectura de Santa Sofía

Santa Sofía es famosa por su gran cúpula, y fue durante casi mil años la catedral más grande del mundo, hasta que se construyó la de Sevilla en 1520.

Su diseño es obra del arquitecto y físico Jonio Isidoro de Mileto y del matemático y arquitecto Lidio Antemio de Tralles.

La planta es rectangular de 71 x 77 m coronada por una cúpula espectacular de 57 m de altura y 32 m de diámetro. Está reforzada por cuarenta nervios entre los que se encuentran las ventanas que le dan una sensación de estar suspendida del cielo y que le dan una luminosidad espectacular. La gran cúpula se sostiene con cuatro arcos reforzados mediante contrafuertes y semicúpulas que soportan los empujes.

En su construcción se emplearon piedras de pórfido de Egipto, mármol verde de Tesalia, piedra negra del Bósforo y piedra amarilla de Siria.

El interior de la Basílica de Santa Sofía

El aspecto del interior de la Basílica de Santa Sofía es impresionante, las grandes dimensiones, el color de los materiales, la luz que filtra por la cúpula, los enormes medallones que la decoran y las pesadas columnas transmiten una sensación de grandeza.

Fue seriamente dañada por diversos terremotos debido a la debilidad estructural de la cúpula original con un diseño demasiado plano que sobrecarga los contrafuertes y también sufrió incendios que obligaron a su reconstrucción. Fue en el año 558 que la cúpula se derrumbó totalmente que Isidoro el Joven ordenó su reconstrucción tal como la conocemos ahora.

Los otomanos le añadieron los cuatro minaretes que la caracterizan, y otros detalles islámicos como el mihrab y el minbar. Además cubrieron con revoque los bellos mosaicos bizantinos que fueron descubiertos en una de las reconstrucciones.

Entre ellos destacan la representación de la Virgen con el Niño entre los emperadores Constantino y Justiniano; el de Cristo en el trono sobre la monumental puerta imperial. En la segunda planta se exponen mosaicos de gran valor como el del emperador Constantino y la emperatriz Zoe adorando a Cristo.

Dirección: Ayasofya Meydanı, Estambul

Horario:

  • Del 1 de octubre al 14 de abril:
    • Martes a domingo: 9:00 a 17:00
  • Del 15 de abril hasta el 30 de septiembre:
    • Martes a domingo: 9:00 a 19:00

Precio:

  • Entrada general: 30 TL
  • Menores de 13 años: Gratis
  • Museum Pass: Gratis

Tranvía:

Página web oficial de la Basílica de Santa Sofía

photo credit: qyphon via photopin cc
Escrito por Graciela Quevedo

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