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La Historia de Roma

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Desde la antigüedad Roma ha sido una ciudad de gran importancia en el continente Europeo, primero por ser la capital del Imperio Romano y más tarde por ser el lugar donde la Iglesia Católica tenia su sede.

Para analizar la historia de Roma lo mejor es dividirla en cuatro partes, la antigüedad que abarca desde su fundación hasta la caída del Imperio Romano, la Edad Media, la Edad Moderna y la historia reciente.

La Historia de Roma en la Antigüedad

En abril del año 753 a.C. sucedió algo que cambiaría el devenir de Europa en los siglos venideros, pues surgió Roma gracias a Romulo y Remo quienes fundaron la ciudad tras sobrevivir amamantados por la loba.

En realidad fue Romulo quien fundó la ciudad tras enfrentarse con Remo al no estar de acuerdo con el lugar dónde fundarla. En este enfrentamiento, Remo murió y Romulo lo enterró en el mismo sitio donde decidió fundar Roma.

Durante los primeros años Roma vio como su población crecía gracias a los emigrantes que llegaban de las poblaciones vecinas, la mayoría eran campesinos, esclavos y refugiados.

Por cierto, Roma siempre ha sido una nación guerrera por lo que en dichos años tampoco faltaron las guerras contra las poblaciones vecinas, en especial contra los latinos, los sabinos y los etruscos.

De esta forma Roma vivió un periodo de 244 años en la que fue gobernada por un total de siete reyes de diversa procedencia. Tras ello, en el año 509 a.C, se expulsó al último rey y se creó la República Romana.

Pese al cambio de gobierno, Roma siguió caracterizándose por ser una nación guerrera y por ello siguió luchando con los pueblos itálicos hasta conquistar por completo la Península Itálica. Pero para Roma no fue suficiente y en el siglo III a.C. se lanzaron al Mediterráneo en busca de nuevas conquistas.

Fue en ese momento cuando se sucedieron las distintas guerras púnicas entre Roma y Cartago que se saldaría con la victoria de la primera. Tras la primera de estas guerras Roma se vio obligada a instaurar las provincias romanas como forma de gobierno pues resultaba imposible controlar todo el territorio. Así se crearon las provincias de Hispania, Macedonia, Sicilia, Cerdeña, África y Grecia.

Comenzó entonces una época en la que Roma se vio envuelta en numerosas revueltas, guerras civiles y dictaduras, hasta que en el año 27 a.C. vuelve a cambiar el gobierno y se instaura el Imperio Romano cuyo primer emperador fue Cesar Augusto.

Durante el Imperio Romano se viven los años de máximo apogeo de Roma. En estos años alcanza su máxima extensión y se construyen grandes edificios como el Coliseo. Por cierto, algo más sucede en Roma estos años y es la difusión del cristianismo por parte de los apóstoles de Jesucristo. Hecho, este último, que tendrá una gran influencia en el devenir de Roma, no así en la caída del Imperio Romano.

A partir, del siglo III comienza la decadencia del imperio debido en gran parte a la anarquía militar en el que se suceden los emperadores proclamados por distintas unidades militares. Hecho que aprovecharon los bárbaros para asediar las fronteras del Imperio Romano. En esta época se llego a crear una tetraquía en la que el poder era compartido por cuatro personas, dos Augustos y dos Césares.

En el año 313 el emperador Constantino centraliza el poder y funda Constantinopla, la capital de la zona oriental del reino. También concede al papa Silvestre I el poder civil sobre Roma.

A finales del siglo IV, el cristianismo se convierte en la religión oficial del Imperio Romano. En esta época el imperio se divide en dos y Roma deja de ser la capital del imperio en favor de Milán. Es por ello fue saqueada en varias ocasiones durante el siglo siguiente. Por suerte, gracias a los papas y al emperador pudo ser reconstruida.

Finalmente en el año 476 el Imperio Romano de Occidente cae y da comienzo la Edad Media.

La Historia de Roma en la Edad Media

Con la Edad Media la iglesia se alzó con el poder en Roma y en el año 756 nace el Estado Pontificio con Roma como capital.

Ya en el año 800, con la coronación de Carlo Magno por parte del papa Leon III, se instaura el Imperio Carolingio. En este imperio Roma no fue la capital pero si que fue el centro religioso.

Durante la Edad Media prácticamente todo lo que ocurre en Roma esta ligado a la iglesia. Así el siglo IX se fortifica la Ciudad Leonina (la actual Ciudad del Vaticano), en el año 1300 se proclama el primer Jubileo que atrae a más de 2.000.000 de peregrinos y se funda la Universidad de Roma.

En esta época también se suceden las luchas entre las familias nobles que protegían a los papas lo que evitó que la ciudad de Roma floreciese. De echo, en el año 1309, después de que el papa Clemente V estableciera el papado en Aviñón, las familias continuaron con su lucha particular lo que supuso sufriera un periodo de decadencia que se prolongo hasta el siglo XV, momento en que la ciudad solo contaba con 20.000 habitantes.

A finales del siglo XIV y principios del XV tuvo lugar la Gran Cisma de Occidente y el papado volvió a Roma. Tras ello, el Papa Nicolas V, inicia la reconstrucción de la ciudad para convertirla nuevamente en la capital del cristianismo. En esta época se reconstruye el Vaticano y se inician las obras de la que posteriormente sería la Basílica de San Pedro.

Fue así como Roma renació y volvió a crecer al amparo de los papas que dominarían la ciudad durante los cuatro siglos siguientes.

La Edad Moderna y la Revolución Francesa en Roma

Ya en la Edad Moderna y gracias al Papa Sixto V, Roma vive una gran renovación convirtiéndose en una ciudad moderna a nivel arquitectónico, económico y cultural.

Fue en esta época cuando se culminan grandes obras como la Basílica de San Pedro y también cuando el papado va perdiendo su influencia en la política europea.

A finales del siglo XVIII y tras la invasión napoleónica iniciada en 1796 algunos estados pontificios pasaron a formar parte de la República Francesa. Fue entonces cuando Pío VI y Napoleón acordaron que la iglesia pagara 30 millones de escudos para evitar así la invasión de Roma. Lamentablemente Roma no atravesaba su mejor momento y en 1798 se instauró la República Romana.

Durante el año que duró la república en Roma se vivió un gran desconcierto y es que había sido una ciudad fuertemente ligada a la iglesia pero durante ese año los Estados Pontificios fueron disueltos y las propiedades de la iglesia confiscadas. Además el Papa Pío VI, que fue arrestado en febrero de 1799, fallecería el 29 de agosto de 1799 dejando a la iglesia sin cabeza hasta el 14 de marzo del año 1800, momento en que Pío VII asume el papado.

A comienzos del siglo XIX Pío VII llega a un acuerdo con Napoleón para poder regresar a Roma y asumir así el papado de la iglesia. Esto no duró mucho ya que Napoleón vio como en repetidas ocasiones el nuevo papa no apoyaba sus acciones militares. Así en 1809 Napoleón arrestó a Pío VII y tomó el control de los Estados Pontificios.

Por suerte para Pío VII, Napoleon fracasó en varias batallas lo que culminó con su abdicación y con la liberación y retorno del Papa a Roma.

La historia reciente de Roma

Lamentablemente tras la caída de Napoleón Roma no recuperó la tranquilidad y viviría unos años convulsos que desembocarían en diferentes formas de gobierno y en varias guerras.

Así se suceden la Segunda República Romana que duraría solo cinco meses, la invasión francesa por parte de Napoleon III y la Unificación de Italia que culminaría con la anexión de Roma al Reino de Italia en 1870.

A partir de entonces la influencia de la Iglesia en Roma disminuiría considerablemente al controlar únicamente la Ciudad del Vaticano, la zona de Letrán donde se ubica la Basílica de San Juan de Letrán y Castel Gandolfo.

Ya en el siglo XX, concretamente en octubre de 1922, Benito Mussolini toma el poder de Italia con la Marcha sobre Roma. Este acto tendría una gran repercusión en la ciudad pues una vez que asumió el poder, numerosos edificios históricos fueron destruidos para construir grandes avenidas. Entre estas avenidas la que más controversia creó fue la via dei fori imperiali ubicada entre el Foro Romano y los Foros Imperiales ya que trajo consigo la destrucción de varias iglesias, casas de nobles, estructuras medievales y el daño constante de los monumentos de alrededor producido por la contaminación generada por los vehículos que circulan por ella.

En esta época Benito Mussolini y Pietro Gasparri (en representación del Papa Pio XI) firman los Pactos de Letrán por el cual el Reino de Italia reconoce a la Ciudad del Vaticano como estado independiente.

Tras la Segunda Guerra Mundial se proclama la República Italiana con Roma como capital. A partir de entonces la ciudad se expande y vive un crecimiento constante. Además se celebran varios actos como el Jubileo de 1950 o los Juegos Olímpicos de 1960 que convierten a la ciudad en uno de los principales destinos turísticos y religiosos.

Como veis, la ciudad eterna tiene un nombre bien merecido y es que actualmente la historia de Roma se sigue escribiendo.

photo credit: Bert Kaufmann via photopin cc
Escrito por Guia Viajero

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