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Lovaina

En apenas media hora de tren desde Bruselas se llega hasta Lovaina, situada a menos de 30 kilómetros de la capital. Se trata de la ciudad universitaria por antonomasia de Bélgica, y por lo tanto una de las urbes más dinámicas y divertidas del país dado el carácter juvenil de sus residentes.

La animación de Lovaina

El éxito de la Universidad se debe en parte a que en este lugar impartió clases Erasmo de Rotterdam. Desde la fundación de esta universidad en las primeras décadas del siglo XV, este centro educativo ha crecido considerablemente siempre incrementando su prestigio. Por esa razón, jóvenes de todas partes de Europa, y del resto del mundo, llegan hasta aquí para realizar sus estudios.

Esa afluencia de jóvenes hace que Lovaina durante los meses de curso escolar posea una vitalidad exuberante. Y el mejor lugar para apreciarlo es acudir a la Oude Markt, una larga plaza repleta de edificios históricos en cuya parte baja abren sus puertas numerosos bares y restaurantes. De hecho, en los folletos turísticos de la ciudad el viajero verá como se describe esta plaza como la barra de bar más larga del mundo.

El patrimonio histórico de Lovaina

La belleza y animación de la Oude Markt es indudable, pero no es la única plaza hermosa en la ciudad. A una altura semejante está la Grote Markt, la Plaza Mayor, donde se alza a un lado la iglesia de San Pedro y al otro el espectacular edificio del Ayuntamiento o Stadthuis, una de las grandes obras belgas en el estilo gótico brabantino.

Contemplar estos edificios es toda una delicia, más aún en una zona donde está restringido el tráfico de vehículos. Por lo que los paseos, a pie o en bicicleta por la ciudad son obligados, más aún teniendo en cuenta el reducido tamaño de Lovaina, que la convierten en un destino ideal para pasar una jornada, e incluso si van con excesivas prisas, lo más importante se llega a visualizar en una mañana.

Durante esas horas en la ciudad es imprescindible visitar la calle donde se encuentran los distintos colegios universitarios, así como hay que sacar tiempo para adentrarse en el Salón de los Tejido o Lakenhalle. Sin olvidar, la iglesia de San Miguel y por supuesto, esa pequeña ciudad en miniatura que es el Groot Beginjhof, un pequeño barrio que fue un pensionado universitario y que guarda por completo su aspecto de antaño.

Pero tampoco se recomienda visitar Lovaina con agobios de tiempo. Se trata de una ciudad que requiere sobre todo vivirla un poco, por sus bares, sus terrazas, sus actividades culturales y sus espectáculos, todo ello regado con cerveza. De hecho, aquí se elabora una de las marcas más exportadas del país, la famosa Stella Artois, cuya fábrica es visitable.

Dirección: Lovaina, Bélgica

Tren:

  • En tan solo 30 minutos es posible llegar a Lovaina desde Bruselas.

photo credit: Leuven via photopin (license)

Escrito por Armando Cerra

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