El Monasterio de Dafnis es el monumento más importante de origen bizantino que se conserva en la región de Atenas. Y es que se trata de una construcción en un excelente estado de conservación que además posee unos bellos mosaicos bizantinos en su interior.

Por fortuna, para los viajeros que se acerquen hasta conocerlo, no tendrán que sufrir esperas ni agobios durante la visita. Y hay dos razones para ello. Por un lado, porque la inmensa mayoría de turistas que viajan a Atenas acuden atraídos por los restos arqueológicos de la Grecia clásica, y a priori desechan los monumentos y manifestaciones artísticas de otra época o simplemente las ignoran. Y por otra parte hay que tener en cuenta que el monasterio de Dafnis se halla a unos 11 kilómetros del centro ateniense. Pero pese a esta distancia se puede visitar fácilmente con transporte público, recorriendo para llegar hasta ahí una vía histórica que siglos atrás unía Atenas con la ciudad de Eleusis, y que en la actualidad está reconvertida en la carretera nacional VIII.

Historia del monasterio

Son muchos los misterios que rodean a esta construcción. Por ejemplo, los historiadores no pueden afirmar con exactitud la fecha en que se fundó, si bien se estima que podría haberse originado en el siglo V, ocupando lo que en la Antigüedad habría sido un templo en honor de Apolo. De hecho, de aquel templo heleno todavía se conserva una columna de orden jónico.

Desde esos remotos orígenes, el monasterio ha sufrido numerosos cambios y ocupaciones a lo largo de su historia. Por ello es un excelente lugar para ver el desarrollo de las creencias que durante siglos se ha ido llevando a cabo en Grecia. Desde la antigua mitología hasta la actualidad en la que predomina la religión ortodoxa, pasando por su periodo bizantino o cisterciense.

El museo del Monasterio de Dafnis

Todo el conjunto monasterial fue muy dañado durante la Guerra de la Independencia Griega, y tras ella fue secularizado. No obstante, fue restaurado y convertido en museo, que es lo que hoy visitan los curiosos visitantes que se acercan hasta aquí.

Es un desplazamiento que merece la pena hacer durante una estancia en Atenas, para comprobar la belleza de la antigua arquitectura bizantina y también su maestría en el trabajo de los mosaicos. Porque la iglesia posee unos bellos murales musivarios con escenas bíblicas donde se descubre la Natividad, la Crucifixión o la Resurrección, y todo ello con la rica apariencia que otorga el potente colorido de los mosaicos.

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Escrito por Armando Cerra