Para llegar hasta el Museo de David et Alice van Buuren hay que alejarse del núcleo histórico de Bruselas. O bien, se emprende una larga caminata por el bulevar Bruggman hacia el sur de la ciudad, o bien se toma alquilada una bicicleta o se adquiere un billete en tranvía para llegar o bien hasta la plaza Churchill o hasta la plaza Vanderkinderen, que quedan a unos cinco minutos a pie del museo.

El desplazamiento bien merece la pena para conocer este barrio de Uccle, donde se halla el museo de David et Alice van Buuren, situado concretamente en el número 41 de la venida Léo Errera. Allí adquirió esta casa en 1928 de estilo art decó el financiero David van Buuren, quién además de hábil hombre de negocios fue un importante mecenas artístico en su época. A ello se debe la colección de objetos expuesta en el museo, en cuyas adquisiciones también participó activamente su esposa Alice, de ahí la denominación del museo, que comúnmente se simplifica y sencillamente se suele llamar Musée Van Buuren.

La colección del Museo van Buuren

En él se puede observar tanto un impresionante repertorio de mobiliario antiguo de carácter soberbio, en el que que destacan antiguas vidrieras o laboriosos tapices. Así como también se expone una interesante colección de arte protagonizada por maestros antiguos y modernos.

Entre lo más antiguo destacan las obras de Pieter Brueghel el Viejo o Joachim Patinir, verdaderas figuras del arte flamenco, o también se ven obras de otros orígenes, como alguna del veneciano Francesco Guardi. Y en cuanto a los pintores modernos representados en la colección del museo de David et Alice van Buuren, hay que citar lienzos de James Ensor o Henri Fantin-Latour, sin olvidar un dibujo de Van Gogh que le sirvió a este artista como boceto para su obra de juventud Los comedores de patatas.

Los jardines del museo

Pero no acaba aquí la visita al museo de David et Alice van Buuren, el inmueble también abre al público sus jardines, que se extienden a lo largo y ancho de más de una hectárea. En ellos se distinguen varios espacios de épocas distintas y diseñados por distintos arquitectos. Por ejemplo está el llamado “jardín pintoresco”, “el labertinto” o jardín del corazón”. En estos últimos intervino el arquitecto y paisajista belga René Pechère, quién diseñó un peculiar laberinto vegetal que evocar el Cantar de los Cantares, donde las formas vegetales se van uniendo a numerosas esculturas de arte contemporáneo.

Por otra parte, si no se quiere ver la zona de vivienda del museo y solo se desean visitar estos bellos jardines, existe la posibilidad de pagar una entrada reducida a ellos.

photo credit: Hedge maze via photopin (license)

Escrito por Armando Cerra