Hasta hace pocos años el Museo de la Acrópolis se encontraba en el extremo sureste de la cúspide de la colina. Sin embargo, recientemente todos sus fondos se trasladaron a un novedoso edificio construido en la misma base y externo al recinto arqueológico. Aunque la entrada al yacimiento también sirve para acceder al Nuevo Museo de la Acrópolis.

Las esculturas de la Acrópolis

Gran parte de los fondos que componen esta colección de arte proceden de la Acrópolis y sin duda son el complemento ideal para terminar de comprender la belleza que pudieron tener edificios como el Partenón, el Erecteion o los teatros, ya que el museo posee una exposición muy novedosa con reconstrucciones virtuales que ayudan al visitante a imaginar el esplendor de antaño.

Las Cariátides

Por ejemplo entre las piezas más valiosas de la colección se encuentran las Cariátides originales del templo del Erecteion. Unas esculturas en forma de mujer que servían como columnas para la fachada del edificio. En la actualidad, en el propio templo se colocaron unas réplicas idénticas en yeso, para poder conservar y exponer aquí los originales en mármol.

Los relieves del Partenón

Otro de los conjuntos más valorados del museo son los relieves que esculpió el gran Fidias en el siglo V a. C. para decorar el friso del Partenón. Un encargo que recibió del propio Pericles, y que consistió no sólo en estos relieves sino en todo el programa escultórico de los tímpanos del templo. Unas esculturas que aquí se evocan por medio de novedosos y atractivos métodos expositivos, pero cuyos originales se encuentran muy lejos de Atenas. Concretamente en el Bristish Museum londinense, donde están debido a acciones de expolio que se llevaron a cabo siglos atrás, o así lo consideran los griegos, quiénes reclaman una y otra vez la vuelta de ese patrimonio a su país.

Otras obras maestras del arte griego

Entre el conjunto escultórico que atesora el Nuevo Museo de la Acrópolis se encuentran otras obras que están considerados entre las mejores creaciones del arte griego más antiguo.

Una de ellas es la figura del Moscóforo realizada hacia el año 570 a. C y que nos presenta a un pastor llevando a hombros un corderillo para ser sacrificado a la diosa Atenea. Precisamente hay otro relieve de aproximadamente el año 480 a. C. que se lleva Atenea melancólica, y ahí vemos a la diosa en actitud reflexiva, pero con todos sus atributos para la guerra.

Y también hay otras obras anteriores claves para comprender el periodo arcaico del arte griego, como son las exquisitas koré, figuras de mujer bellamente peinadas y vestidas con las ropas rituales que llevaban en el siglo VI antes de Cristo.

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Escrito por Armando Cerra