Plaza de la Moneda

La Plaza de la Moneda está en el propio corazón histórico de la ciudad y en una de las zonas más visitadas por los turistas, por lo que a sus atractivos monumentales, hay que sumarle el valor añadido de los numerosos negocios que aquí esperan la llegada de viajeros.

Los edificios de la Plaza de la Moneda

Al llegar a la plaza inmediatamente llaman la atención los dos grandes edificios que la cierran por sus laterales. En el lado occidental se eleva el Anspach Center, con una curiosa forma que evoca una estrella de cuatro puntas, y al que tal vez los viajeros hayan de dirigirse en algún momento, ya que acoge la estación central de correos en la ciudad. Además de que aquí también hay varias tiendas, una oficina de información y posee su propia boca de metro.

Mientras que en la parte oriental de la plaza se yergue el Teatro Real de la Moneda. Una obra originada en el siglo XVII, pero remodelada en 1855, cuando se le dio esa apariencia tan sumamente neoclásica que le otorga el pórtico jónico de la fachada.

No obstante, antes de esa remodelación, este teatro fue uno de los lugares donde se detonaron los episodios que llevaron a la independencia de Bélgica. Concretamente ocurrió el 25 de agosto de 1830, cuando los asistentes a una representación de ópera, decidieron empezar a luchar por la libertad política de su país.

Ilot Sacré

Precisamente desde el edificio del Teatro Real de la Moneda parte la rue d’Ecuyer, que representa la delimitación norte de la zona de Ilot Sacré, una pequeña barriada que llega hasta la rue de Marché aux Herbes. Toda esta porción del casco antiguo bruselense fue profundamente restaurado en los años sesenta del pasado siglo. De este modo, las casonas originadas en los siglos XVII o XVIII recuperaron todo su esplendor y belleza para convertirse en uno de los máximos atractivos de la ciudad. Tanto es así, que está considerado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

El paseo por esta zona es obligado, fotografiando su hermosa apariencia y disfrutando de los muchos bares y restaurantes o comprando en las habituales tiendas de recuerdos y delicatessen. Por ejemplo se pueden visitar las Galerías Royales Saint Hubert, instaladas en un edificio acristalado de mitad del siglo XIX. Hoy ese bello centro comercial acoge tiendas de lujo, cines, cafés, cines y la famosa chocolatería Neuhaus.

Pero la zona de Ilot Sacré también ofrece la posibilidad de conocer el célebre Teatro de Toone, todo un templo histórico del teatro de marionetas. Además en el mismo teatro, en su planta baja, está Chez Toone, una taberna que es todo un referente para los turistas.