Si se tiene la oportunidad de pasar varios días en Florencia no hay que dejar pasar la ocasión de acercarse hasta la cercana población de Fiesole. Situada en una de las colinas que rodean la ciudad y a tan sólo nueve kilómetros al noreste de la ciudad, salvables gracias a la línea de autobús público que llega hasta allí.
Probar la pasta casera en un restaurante de barrio
Florencia es una de las ciudades más turísticas del mundo. A ella acuden miles de visitantes procedentes de todo el planeta cualquier día del año. Si a eso se le suma que la cocina italiana es una de las más reconocidas en cualquier lugar del globo, es evidente que en las calles del casco histórico florentino abundan los restaurantes y los lugares donde comer.
Iglesia de la Santissima Annunziata
Esta iglesia se ubica en la plaza de la Santissima Annunziata, un bello espacio urbano abierto con un elegante pórtico sustentado por finas columnas. La plaza es en sí misma un lugar propio de la arquitectura más armónica del Renacimiento, y en ella no sólo se encuentra la Iglesia de la Santissima Annunziata, sino que también se puede admirar el Palacio Grifoni construido a mediados del siglo XVI, que destaca por los tonos rosas de su piedra. Y en el centro de la plaza se alza portentosa una escultura del Gran Duque Fernando I de Médicis, obra del escultor manierista Giambologna, del que se pueden ver distintas obras suyas en la ciudad, especialmente en la Logia dei Lanzi de la plaza de la Signoria
Mirador de Miguel Ángel
Hay un dicho florentino que dice que “Florencia es una pentola”, es decir, una olla. Una sensación que sobre todo se nota durante los días más calurosos del verano. Y esto se debe a que todo el casco urbano se encuentra rodeado por pequeñas colinas que dejan a sus pies el valle donde se asienta la urbe y por donde discurre el río Arno.
Iglesia de la Santa Croce
Esta iglesia y la gran plaza a la que da su principal fachada, es el tercer gran epicentro turístico de la ciudad de Florencia. De hecho, para muchos florentinos la iglesia de la Santa Croce es su templo más bello, superando incluso la monumentalidad del Duomo.
Basílica de San Lorenzo
Situada en barrio o Borgo de San Lorenzo está fue esencialmente la iglesia de la familia Médicis, y como no podía ser de otro modo se trata de uno de los recintos religiosos más ostentosos de toda la ciudad, porque los poderosos miembros de esa familia hicieron trabajar en ella a los artistas más reputados de la ciudad.
Iglesia de Orsanmichele
La Iglesia de Orsanmichele esta situada en la calle peatonal más turística de Florencia, la via dei Calzauoli, que une el Duomo con la plaza de la Signoria, resume en sí misma gran parte de la historia del arte renacentista que se produjo en la ciudad.
Campanile de Giotto
Uno de los grandes epicentros monumentales de Florencia es la Plaza del Duomo. En muy poca superficie, allí se encuentran tres edificios que son obras maestras de la arquitectura y al mismo tiempo contienen tanto en su interior como en su exterior, impagables obras de arte pictóricas, escultóricas o cerámicas. Se trata de la Catedral de Santa María de la Flores, el Baptisterio de San Juan y el Campanile de Giotto.
Convento de San Marcos
Para disfrutar del ingente patrimonio artístico de Florencia se hace necesaria una estancia de varios días. En cambio, muchos son los viajes organizados que tan sólo pasan como mucho dos jornadas en la ciudad, y por lo tanto sólo se ve de forma apresurada lo más famoso en torno a las plazas del Duomo y la Signoria. Dejando de lado muchos otros lugares interesantes de la historia de la ciudad.
Arezzo
La bella ciudad de Arezzo, con una población de unos 100.000 habitantes, está muy cerca de Florencia y es una atractiva excursión. Unos 80 kilómetros, o sea, más o menos una hora de conducción la separan por carretera. Un trayecto que se puede hacer en coche particular o en autobuses regulares. Y otra opción es viajar en tren, ya que Arezzo es un parada del trayecto del ferrocarril interurbano entre Florencia y Roma.
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