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Qué comer en Bruselas

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La gran ventaja de la comida en la capital belga es que es posible tanto sentarse en un restaurante, como simplemente comprar comida en los abundantes puestos callejeros, y disfrutar de un bocadillo o un tentempié mientras se sigue caminando por los recorridos turísticos.

Los restaurantes bruselenses

A lo largo y ancho del centro histórico de Bruselas, y también en sus barrios colindantes, son numerosos los restaurantes para todos los bolsillos, desde los locales que sirven comida rápida hasta los establecimientos más elegantes que ofrecen la gastronomía belga más elaborada. Al igual que es posible adentrarse en bares y restaurantes donde la especialidad es la cocina de casi cualquier lugar del planeta, ya que no hay que olvidar que Bruselas ha sido el destino de un elevado número de inmigrantes.

No obstante, si lo que se quiere es comer los típicos platos de Bruselas, lo mejor es entrar a alguno de los pequeños bistrot repartidos por la ciudad. En ellos evidentemente nunca falta el plato nacional, los mejillones, servidos con mil y una salsas diferentes. Pero también se puede optar por otro tipo de platos tradicionales.

Uno de ellos es el waterzooi, un suculento guiso de carne  con puerros, perejil y crema. De este cocido hay numerosas variantes basadas sobre todo en que la carne de vaca se puede sustituir por la de pollo e incluso por pescado. Pero no es el único plato fuerte de la cocina belga. Otra opción es el stoemp, un puré de patatas con verdura, al que se le suelen añadir salchichas.

Las cartas de estos bistrot y restaurantes tradicionales también suelen ofertar el conejo con ciruelas, y como pescado lo más popular son las anguilas de río en salsa verde. Y por supuesto, algunas de las especialidades locales tienen como ingrediente la cerveza, como la carbonnade flamande, que consiste en carne cocinada con cerveza, zanahorias y tomillo.

La bebida nacional: La cerveza

Y es que la cerveza es toda una religión en Bruselas y en general en toda Bélgica. En cualquier bar ofrecen un gran número de marcas, con diversos sabores, texturas y orígenes. De hecho, durante unas vacaciones en Bruselas, por muy largas que sean, se pueden beber todos los días varias cervezas, sin repetir nunca la misma.

Los puestos callejeros

Estos establecimientos son el mejor modo de fundirse con la población local. Ya que es habitual, sobre todo a la hora del almuerzo, que los bruselenses compren algo en ellos y sigan su camino. Entre todos los tipos de bocadillos, kebab o pinchos que se pueden comprar, desde luego las estrellas de esta gastronomía callejera son las patatas fritas, las frites, solas, con sal, con kétchup, con picante, con mayonesa, con todo junto o con cualquier otra salsa que uno desee. Tal vez no sea de lo más saludable, pero indudablemente es de los más sabroso y económico.

photo credit: infomatique via photopin cc
Escrito por Armando Cerra

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