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Coliseo Romano

La mayoría de la gente que piensa en Roma, piensa en el Coliseo Romano, y es que este impresionante monumento se ha convertido en el símbolo de una ciudad que refleja la grandeza de lo que fue el antiguo Imperio Romano.

Cuando se construyó en el siglo I, el Coliseo Romano era el anfiteatro más grande jamas construido, y es que, con unas medidas de 187,5 metros en su eje mayor, 156,5 metros en su eje menor y 52 metros de altura, era capaz de acoger a cerca de 50.000 personas. Gracias esto, rápidamente se convirtió en el lugar donde se celebrarían grandes espectáculos como las ya famosas peleas de gladiadores o las ejecuciones de prisioneros en las que participaban animales exóticos.

Historia del Coliseo Romano

El Coliseo Romano, que fue concebido por la dinastía Flavia, fue inaugurado por el emperador Tito en el año 80 con el nombre de Anfiteatro Flavio. Nombre que no conservo mucho tiempo ya que al poco de ser construido, y debido a la proximidad de la estatua del Coloso de Nerón, comenzó a ser conocido como el Coliseo.

Pese a que tuvo que ser restaurado en varias ocasiones, pues sufrió un incendio en el año 217 y un terremoto en el año 443, los espectáculos continuaron celebrándose en el Coliseo hasta la primera mitad del siglo VI.

A partir de entonces, el Coliseo Romano albergó un cementerio y varias fabricas y talleres. Fue la primera parte de un periodo de decadencia que se vería agravado con el abandono, los saqueos y finalmente con el terremoto de 1349 en el que parte del Coliseo se derrumbó.

En los siglos XV y XVI se realizaron numerosas construcciones con material procedente del Coliseo Romano. Esto fue en gran parte culpa de la familia Barbirini y es que con esto hechos nació el dicho “Lo que no hicieron los bárbaros, lo hicieron los Barberini”.

Ya en 1749 el Papa Benedicto XIV lo declaró monumento santo y en el siglo XIX comenzaron después de mucho tiempo las primeras reformas.

En 1980 fue declarado, junto con el centro histórico de Roma, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y actualmente es una de las principales atracciones turísticas de la ciudad.

¿Qué ver en el Coliseo Romano?

Hay varios aspectos del Coliseo Romano a los que debe prestar especial atención:

  • Exterior: A parte de maravillarse con la magnificencia del edificio debe fijarse en lo siguiente:
    • Columnas: Éstas enmarcan cada arco y tienen tres estilos claramente diferenciados, siendo dóricas, jónicas o corintias en función de si se encuentran en el primer, segundo o tercer nivel.
    • Soportes: En la parte superior se pueden ver los soportes utilizados para colocar los mástiles que sujetaban la lona que se colocaba en los calurosos días de verano.
    • Agujeros: Algo que no pasa desapercibido son los numerosos agujeros que es encuentran por toda la fachada exterior. Estos no son producto del deterioro sino de la construcción pues eran utilizados para unir los bloques de piedra pasando unas cadenas de hierro a través de ellos.
  • Interior: El interior del Coliseo Romano es fascinante y aunque lamentablemente la mayor parte de las gradas no se conserva, alberga algunos elementos que no debe perderse:
    • Gradas: Las gradas estaban organizadas por clases sociales, donde los mejores asientos eran para los senadores mientras que los perores eran ocupados por los pobres. No debe perderse las vistas del interior del Coliseo Romano desde la grada superior.
    • Arena: El lugar donde competían los gladiadores era una gran plataforma cubierta de arena. Bajo esta había numerosos túneles donde los animales, presos y gladiadores aguardaban su turno para saltar a la arena. En la actualidad no queda nada de la plataforma pero si se pueden ver los túneles y celdas que había bajo ella.

Consejos sobre la visita al Coliseo Romano

  • Con el fin de evitar a la multitud es aconsejable evitar las horas centrales del día. Quizás el mejor momento por la mañana, nada más abrir, o por la tarde.
  • Para evitar colas es aconsejable visitar antes el Foro Romano o el Palatino puesto que las entrada es combinada.
  • Junto al Coliseo abundan las personas disfrazas de soldados romanos. Tenga en cuenta que si se fotografía con el deberá darle una buena propina.
  • Al igual que otros monumentos, no se olvide de visitar el Coliseo Romano cuando cae la noche y esta iluminado pues este se vuelve aún más espectacular.

Para finalizar, comentar que cada año visitan el Coliseo Romano más de 6 millones de personas y que ha salido múltiples películas como Gladiator, El Regreso del Dragon o Vacaciones en Roma.

Dirección: Piazza del Colosseo, 1, Roma

Horario:

  • Del último domingo de octubre al 15 de febrero:
    • Lunes a domingo: 8:30 a 16:30
  • Del 16 de febrero al 15 de marzo:
    • Lunes a domingo: 8:30 a 17:00
  • Del 16 de marzo al último sábado de marzo:
    • Lunes a domingo: 8:30 a 17:30
  • Del último domingo de marzo al 31 de agosto:
    • Lunes a domingo: 8:30 a 19:15
  • Del 1 de septiembre al 30 de septiembre:
    • Lunes a domingo: 8:30 a 19:00
  • Del 1 de octubre al último sábado de octubre:
    • Lunes a domingo: 8:30 a 18:30

Precio:

  • Entrada general: 12€
  • Ciudadanos de la Unión Europea menores de 25 años: 7,50€
  • Menores de 18 años y ciudadanos de la Unión Europea mayores de 65 años: Gratis

Los precios incluyen la entrada al Foro Romano y al Palatino

Autobús:

  • Piazza Del Colosseo – Salvi: 53, 85, 87, 186, 571, 810
  • Celio Vibenna: 75, 81, 85, 87, 175, 271, 673, C3, N2, N10

Metro:

  • Colosseo: MEB, MEB1

Tranvía:

  • Piazza Del Colosseo: 3, 8

Página web oficial del Coliseo Romano 

photo credit: tailw.ag via photopin cc
Escrito por Guia Viajero

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