Pocas ciudades en el mundo pueden ofrecer la posibilidad de visitar un recinto deportivo con tan larga historia, con la espectacularidad que posee el Estadio Panatenaico. Tal vez el único inconveniente que posee es su relativa lejanía del centro más turístico de la ciudad. Por ese motivo, para su visita se hace necesario tomar el metro o el autobús urbano, si no se quiere dar una larga caminata hasta llegar a los pies de la colina de Ardeto donde se ubica.

Un estadio histórico

Este estadio data del siglo IV antes de Cristo, cuando se construyó para celebrar los Juegos Panateneos en honor de la diosa Atenea, la cual da nombre a la ciudad. Y curiosamente, muchos siglos después, concretamente en el año 1896 volvió a ser la sede de los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna.

Sólo con esos datos ya se invita a la visita. Sin embargo, a su contenido histórico hay que sumarle la belleza de este viejo estadio. Un recinto que en sí mismo recrea gran parte de la historia de la ciudad y de los personajes que por aquí pasaron durante la Edad Antigua. Porque lo que hoy vemos es fruto de varias épocas. Ya que no hay que olvidar que el estadio deportivo fue transformado por el emperador romano Adriano en un recinto para la lucha de gladiadores. Para posteriormente retomar su uso deportivo y recubrirse íntegramente de mármol.

Pero como otros muchos vestigios arqueológicos de Atenas pasó por siglos de abandono y expolio, hasta el descubrimiento que se hizo de él a mitad del siglo XIX, momento a partir del cual se remozó y se convirtió, como ya se ha dicho, en la sede de las primeras Olimpiadas modernas.

Uso actual del estadio

En total, el Estadio Panatenaico presenta una pista ovalada, en torno a la cual se distribuye un graderío con capacidad para unas 50.000 personas. Un recinto espectacular, pero con unas dimensiones que se adecuan a la práctica actual del atletismo, ya que en su superficie de 204 x 33 metros no se pueden realizar las pruebas deportivas contemporáneas. Por esa razón, apenas se celebran aquí eventos deportivos en la actualidad. Aunque su presencia como emblema cultural de la ciudad es sumamente importante. De hecho, en las últimas Olimpiadas celebradas en Atenas en 2004, aquí se hicieron las pruebas de arco y también la llegada triunfal de los corredores de la maratón, haciendo así un guiño a la historia.

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Escrito por Armando Cerra